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Situación general de la
pobreza menstrual
l 28 de mayo se celebra el Día Internacional de la Higiene Menstrual, con el fin de sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de tocar estos temas con normalidad, para así crear una sinergia en la cual las mujeres puedan llevar su proceso de menstruación de una manera digna, segura y privada. También, se busca la eliminación de tabúes, prácticas discriminatorias y que se pueda hablar con total libertad sobre este asunto.
Pero, ¿qué es la menstruación?
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) lo define como: "el proceso en el cual el útero desprende sangre y tejido a través de la vagina. Es un proceso natural y sano para las niñas y mujeres en edad reproductiva." En el occidente, también es conocido como "regla" o "periodo", su duración llega a ser de 2 a 5 días al mes, pero esto puede variar en cada mujer, pues no todas tienen el mismo ciclo menstrual; influyen muchos factores en este proceso, como el organismo de la persona, enfermedades que posea y el consumo de anticonceptivos.
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Foto tomada del portal web UNOTV "Buscan eliminar el IVA a toallas sanitarias, tampones y copas menstruales''.
Los derechos humanos se ven involucrados en el ciclo menstrual, debido a que la menstruación está estrechamente relacionada con la dignidad humana. A pesar de que existen muchas herramientas para ayudarse durante el periodo, en el mundo sigue siendo un privilegio el acceder a los productos sanitarios, tales como: toallas higiénicas, tampones, copa menstrual y protectores. Hay personas que no pueden acceder a un baño, ni mucho menos a agua potable, cosas que son indispensables en la higiene personal, algo fundamental en esos días.
La falta de acceso a estos productos afecta la salud de millones de mujeres, quienes terminan usando insumos antihigiénicos que pueden llegar a provocar infecciones por hongos o bacterias. “Tan solo 21 países en el mundo han logrado reducir o eliminar este impuesto", como lo expuso Anahi Rodríguez, vocera de la organización Menstruación Digna México, a France 24. Escocia es uno de los países que recientemente aprobó el acceso gratuito para los productos de higiene íntima femenina, convirtiéndose en el primer país del mundo en lograr esto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) definen una adecuada gestión de la higiene menstrual como: "aquella que permite a mujeres y niñas utilizar material para la higiene menstrual limpio, que absorba o recoja la sangre y pueda ser cambiado en privado, utilizando agua y jabón para higienizar el cuerpo, y teniendo acceso a instalaciones para disponer del material ya utilizado".
En América Latina, el costo de un paquete de diez toallas higiénicas equivale a dos libras de frijoles o un almuerzo común. Y para 2018, Colombia se convirtió en el primer país latinoamericano en abolir el impuesto agregado a las toallas higiénicas y tampones.
El DANE, junto a la Caja de Compensación Familiar de Antioquia (Comfama) y Share-Net Colombia de Profamilia, presentaron una nota de un estudio que tiene como objetivo mostrar las situaciones que enfrentan las mujeres durante su periodo y así promover diálogos alrededor de este asunto.
Estudio realizado a mujeres jefas de hogar o cónyuges entre Mayo de 2021 y Mayo de 2022.
2021-2
93,1%
De las mujeres refieren usar toallas higiénicas
11,2%
De las mujeres prefieren usar tampones
2,8%
De las mujeres usan copa menstrual
1,2%
De las mujeres usan telas, ropa vieja, calcetines, papel higiénico o servilletas
0,5%
De las mujeres no usan ningún elemento
Ocasionalmente, la mujer se ve en la obligación de desertar de sus actividades diarias debido a su periodo, y entre Mayo de 2021 y Mayo de 2022, 8,0% de las mujeres tuvieron que interrumpir sus actividades diarias. La suspensión de las labores cotidianas se debe a síntomas físicos como: el miedo a mancharse, la incomodidad por falta de instalaciones sanitarias adecuadas o maltrato a causa de los estigmas y tabúes existentes.
Así que es necesario, no sólo el acceso a productos femeninos sanitarios, sino también garantizar el acceso a medicamentos y remedios caseros que se usan para calmar los cólicos menstruales, el dolor de cabeza y demás síntomas que se presentan.
En cuanto a las dificultades económicas el 15,1% de las mujeres colombianas manifestó que tuvieron dificultades para adquirir los productos necesarios. Desde este porcentajes 17,2% eran mujeres que residen en Bogotá. El 7,9% de mujeres a nivel nacional contaron con dificultades para acceder a un baño limpio, privado y cercano, el 13,8% eran de Bogotá. Finalmente, el estudio concluyó que:
"Es posible e importante promover estrategias y programas que cierren brechas para una apropiada gestión menstrual de las mujeres, niñas y personas con capacidad de menstruar de más bajos recursos económicos".
La caja de compensación Comfama a finales de 2021 lanzó un programa llamado Menstruación Consiente, el cual incluye el primer subsidio menstrual del país. El gasto aproximado de una mujer en productos de higiene en su periodo es de 180.000 pesos al año, por eso se creó este subsidio. Como explicó la responsable del Staff de dirección de Comfama, Juana Botero: "este beneficio lo reciben todas las personas afiliadas o dependientes menstruantes afiliadas a la caja y les permite acceder a la copa menstrual, toallas reusables o calzones absorbentes”.
La Alcaldía de Bogotá, junto a congresistas, concejales, colectivos feministas y demás personas, han estado en una constante lucha por garantizar y promover estrategias para brindar una higiene menstrual digna a todas las mujeres y personas que menstrúan.
En cuanto a legislaciones, actualmente se están tramitando cinco proyectos de ley que buscan brindar garantías sanitarias a las mujeres residentes en Colombia, como lo señaló la representante a la cámara Adriana Magali Matiz. Uno de los proyectos se llama “Por una menstruación digna” el cual busca beneficiar y mejorar las condiciones de las reclusas para facilitar y garantizarles el suministro permanente de toallas higiénicas, pues actualmente solo reciben 10 unidades cada tres meses.
Aún así poblaciones vulnerables como las migrantes, reclusas, mujeres que viven en zonas muy alejadas y habitantes de calle, muchas veces desconocen las campañas realizadas por las alcaldías locales o la existencia de programas que les brindan ayuda durante su periodo.
Por ejemplo, las mujeres habitantes de calle cuentan con la sentencia T-398 de 2019, la cual nace luego de que Cecilia Durán Cuy, habitante de calle, interpusiera una acción de tutela a la Secretaría de Salud de Bogotá. En esta señalaba las condiciones precarias que padecía durante su ciclo menstrual, pues debía utilizar trapos para detener el sangrado, o muchas veces recurría a utilizar toallas sanitarias usadas que encontraba en la basura porque no tenía otro modo.
Ante eso, la Corte Constitucional, en 2019, sacó esta sentencia donde calificaban lo vivido por Cecilia Durán Cuy como una violación a la dignidad humana y a los derechos fundamentales a la salud. La sentencia obliga al Distrito Capital a suministrar materiales de absorción de líquidos menstruales a las mujeres en condición de habitabilidad en calle.
Según la encuesta Pulso Social del DANE, en agosto de 2021, 638.000 colombianas no pudieron acceder a productos de higiene menstrual por falta de dinero y 82.000 mujeres utilizaron recursos como papel periódico, ropa vieja o trapos para absorber el sangrado. Durante la pandemia, como lo señaló el ex director del DANE, Juan Daniel Oviedo, el ingreso en los hogares colombianos se redujo y así mismo disminuyeron las posibilidades de adquirir productos para la higiene menstrual.
Aún con la sentencia implementada y luego de tres años de su implementación, en los que se esperaba un avance importante en la materia, cientos de mujeres siguen en condición de pobreza menstrual.
Y tal como lo menciona la Secretaría de Integración Social en su página web, tanto ellos como la Secretaría de la Mujer, la Secretaria de la Salud e IDIPRON pusieron en marcha una estrategia de cuidado menstrual para las mujeres habitantes de calle.
Sin embargo, el concejal por Bogotá, Rolando Gonzales, de Cambio Radical, denunció que el Distrito no ha cumplido el fallo de la Sala Novena de Revisión de Tutelas de la Corte Constitucional donde se ordena entregar los elementos básicos de higiene menstrual y recibir una orientación profesional en esta materia, "La Secretaría de la Mujer y de Integración Social nunca han contactado ni les han facilitado estos elementos a las habitantes de calle", aseguró el concejal, para Caracol Radio.
SOY MUJER, HABITANTE DE CALLE Y SIN HIGIENE MENSTRUAL
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Esta es la historia de Johanna, una habitante de calle que relata cómo es vivir sin hogar al norte de la ciudad de Bogotá, además de las dificultades a las cuales se enfrenta diariamente por ser mujer y no tener acceso a una higiene menstrual digna y de calidad.
Menstruar y habitar en la calle: ¿Existe una política pública?
os habitantes de calle a diario se enfrentan a estigmatizaciones por parte de la sociedad, al verlos como personas violentas, caóticas, sucias, vacías y frívolas, que con su presencia atemorizan y proyectan la idea de delincuencia, desaseo y drogadicción. Es una situación de exclusión, que les presenta entornos de dificultad económica y de violencia estructural, por lo que no permite que estos individuos posean una óptima calidad de vida.
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Laura Peralta, profesional en enfoque de género en la Secretaría de Integración Social, afirma que “las habitantes de calle suelen experimentar violencias de género, producto del hostigamiento de sus parejas hombres en donde ellos quieren llegar a controlar o dominar todos los espacios en donde estas mujeres se encuentren”, como por ejemplo, las jornadas de dignidad menstrual organizadas por el Distrito, que según cuenta Peralta, los hombres suelen opinar acerca del ciclo menstrual, considerando que es un asunto que los involucra y que es de poca relevancia para sus parejas mujeres.
Tanto Peralta como Bastidas coinciden en que las mujeres habitantes de calle conviven con contextos violentos, la concejal Bastidas asegura que las mujeres en habitabilidad de calle también sufren, y con mayor ahínco, las problemáticas que poseen las mujeres relacionadas al acoso, violencia directa, el trato que se les da, la privación de sus derechos y entre esos, se encuentra las limitaciones para su dignidad menstrual.
¿Cómo viven las mujeres habitantes de calle su ciclo menstrual? Ellas no cuentan con los recursos necesarios para vivir de forma segura su menstruación, al no poder acceder a toallas higiénicas, buscan como alternativa trapos, cartones o hurgan en la basura en búsqueda de elementos que detengan el sagrado, o si por el contrario tienen el dinero para comprar las toallas o los tampones en la tienda, en su mayoría son ignoradas por ser habitantes de calle. Tampoco cuentan con espacios privados e higiénicos para realizar el debido aseo en su zona íntima, enfrentándose a un gran impedimento para vivir su proceso menstrual cómodamente.
¿Y qué pasa cuando una mujer es la que habita la calle?
En palabras de la profesional de la Secretaría de Integración Social, si hay un determinado grupo de individuos que poseen estigmas fuertes frente al día día de las habitantes de calle, se vuelve común que ellas no interactúen con la sociedad y prefieran resguardarse en zonas arrinconadas, en donde no sean señaladas, como en canales, humedales y puentes, obstaculizando su derecho a vivir y disfrutar del espacio público, como cualquier ser humano.
El territorio donde se encuentra la habitante de calle tiene fuerte influencia sobre las limitaciones para la gestión de su menstruación. Según Peralta:
“La adquisición de estos productos es más fácil o más difícil de acuerdo a los imaginarios que una comunidad tenga frente a esta población y la convivencia previa que se haya tenido con las habitantes de calle."
En el año 2019, Martha Cecilia Durán Cuy, una habitante de calle, junto a tres estudiantes de la Universidad de la Sabana, Ana Milena Zambrano Díaz, Luciana Rodríguez Zapata y Sergio Alejandro Casas Cifuentes, interpusieron una tutela para que las mujeres en condición de calle de Bogotá accedieran de manera gratuita a los productos necesarios para gestionar su menstruación. La Corte Constitucional falló en su favor, ordenando que en los siguientes seis meses, la Secretaría Distrital de la Mujer de Bogotá D.C. y la Secretaría de Integración Social de Bogotá D.C. llevaran a cabo una política pública territorial de manejo de higiene menstrual para todas las habitantes de calle.
En el año 2020 se creó la Estrategia de Dignidad Menstrual en la que participan la Secretaría de Integración Social, Secretaría de la Mujer, IDIPRON y recientemente, la Secretaría de Educación. Peralta menciona que “esa estrategia es relativamente nueva y ha estado en pilotos de prueba, de ensayo y error, ajustándose a las dinámicas de las mujeres habitantes de calle, hombres trans y personas no binarias con experiencias menstruales”.
Precisamente, la Secretaría de Salud se ha vinculando a
la estrategia, por medio de la garantía de los derechos sexuales y reproductivos para las poblaciones menstruantes en condición de calle, pues advierten que debido a las situaciones que tiene un impacto negativo en la salud, como el consumo de sustancias psicoactivas, estas han dejado de menstruar.
Laura Aristizabal, coordinadora de la Estrategia de Dignidad Menstrual en la Secretaría de la Mujer, detalla que la estrategia se lleva a cabo en cuatro fases, donde se van involucrando múltiples poblaciones. La primera, consiste en garantizar espacios seguros y un adecuado acompañamiento a las habitantes de calle con jornadas distritales de cuidado menstrual.
La segunda fase, ya no solo incluye a habitantes de calle, sino también a las personas que realizan actividades sexuales pagadas (ASP) y la población privada de la libertad. La tercera fase, pretende capacitar y fortalecer a funcionarios públicos que atienden a las poblaciones anteriormente mencionadas, sensibilizándolos con respecto al cuidado menstrual, a partir de la Educación Menstrual para el Autocuidado y el Autoconocimiento (EMAA). Y la última fase, es la implementación de los EMAA en los colegios.
Para realizar las jornadas sobre dignidad menstrual con habitantes de calle, se escoge una localidad y un lugar donde la Secretaría Distrital de Integración Social lleva a las habitantes de calle, o en riesgo de estarlo, a un punto de acogida en donde se les entrega un refrigerio, se alimentan, se les da una charla alrededor del cuidado menstrual que enfatiza en el no taponamiento y se les entrega un kit si participaron en la sensibilización del EMAA.
Este contiene toallas higiénicas, un termo para cargar agua, una gorra, una capa, pañitos húmedos, papel higiénico y un canguro que les permite cargar sus insumos personales. En conversación con la Secretaría de la Mujer, hasta el mes de septiembre del 2022, se han realizado cinco jornadas en cinco localidades, con 107 habitantes de calle beneficiadas.
Surgen cuestionamientos acerca del manejo que se le ha venido dando a la atención de las habitantes de calle por parte del Distrito. La concejala Lucía Bastidas apunta que el manejo de IDIPRON y la Secretaría de Integración Social ha sido deficiente, porque se han limitado en prestar servicios de comida y aseo, dejando a un lado la atención integral.
La ONG Temblores realizó algunas observaciones luego de su asistencia a las jornadas de Dignidad Menstrual del 23 de junio y 21 de octubre del año 2021. En ambas se evidenció que las personas mayores de 28 años no tenían acceso al kit de cuidado menstrual y en cambio, recibieron un kit de maquillaje.
Los funcionarios y funcionarias de IDIPRON, según relata la ONG, no contaban con una capacitación adecuada sobre menstruación. La ropa interior que venía en el kit, en algunas ocasiones, no correspondía con la talla de la persona a la que fue entregada, entonces las habitantes de calle, incluidas otras poblaciones como los hombres trans, preferían regalarlas al no encontrarle utilidad. La ONG subraya que no todas las personas que asistieron a las jornadas sabían leer, por lo que recomendaron la entrega de más información oral.
Camilo Pérez, líder del equipo de políticas públicas de la Subdirección para la Adultez en la Secretaría de Integración Social, menciona que “para transformar esta situación es necesario revisar las experiencias internacionales, en donde incluso de manera gratuita se pueden acceder a estos insumos que hacen parte de una gestión menstrual sana." También, afirma que:
“Además de contar con estrategias pedagógicas, el tema debe avanzar hacia una política pública de orden nacional, para que la entrega de elementos y el acceso a zonas adecuadas de aseo, se facilite y tenga un mayor control”.
Algunas voces señalan que en el Gobierno Nacional y el Congreso de la República hace falta más voluntad para consolidar una política pública alrededor de la menstruación. De acuerdo con la senadora del Partido Conservador, Soledad Tamayo, se deberían destinar mayores gastos por parte de las alcaldías y gobernaciones para atender a las mujeres habitantes de calle, debido a que, no representan una población cuantiosa, por lo que “es una necesidad que tiene que estar suplida y debe estar incluida en los planes de desarrollo” al estar en condición de vulnerabilidad.
La atención brindada por parte de los centros de cuidado humanitarios es deficiente, hay desconocimiento frente a planes desde la Alcaldía de Bogotá para atender las necesidades de habitantes de calle, sin duda alguna, la población está olvidada..
Podcast
Las Voces de la Acera
Los siguientes capítulos fueron creados de la mano de diferentes entidades y expertos que brindan, cada uno desde su área, un panorama amplio acerca de la problemática; causas y consecuencias, además de soluciones y diferentes puntos de vista.
En este capítulo, hablamos con la directora de Bloom, una de las empresas más importantes de higiene menstrual en Colombia.
Para esta oportunidad hablaremos de lo que piensan los expertos de cómo se trata la pobreza menstrual en las mujeres habitantes de calle en el norte de nuestra ciudad, que sería lo mejor para ellas en cuestión de su salud, y por qué hay tanta desinformación al no plantear unas estrategias de salud pública en este sector vulnerable.
La vida de las personas habitantes de calle suele ser difícil, encontrar comida, calor o un trato digno es algo que ellos luchan a diario; incluso cosas que parecen tan normales para ellos es todo un desafío. Este episodio es un acercamiento desde las instituciones, y como convergen en IDIPRON.
Menstruar en la calle
América Latina cuenta con comunidades menstruantes vulnerables que a causa de los “tabúes” no han tenido acceso información y a educación para tener una buena salud menstrual. ¿Usted conoce cómo se vive la menstruación en situación de calle?
Higiene menstrual: Destruye las toallas
Los productos de higiene menstruales son una gran fuente de contaminación en los océanos, además de sus altos costos que impiden que muchas personas de bajos recursos tengan acceso a ellas.
AGRADECIMIENTOS
Johanna
Lucía Bastidas
Soledad Tamayo
Yuly Milena Gómez
Angie Natalia Bustos
Laura Contreras
Camilo Pérez
Laura Peralta
Belkis Camacho
Rebecca Heredia
Florencia Saffirio
Lida María Montaño
Jorge Augusto Rodríguez
Mujer habitante de calle
Concejal de Bogotá del partido Alianza Verde
Senadora del Partido Conservador
IDIPRON
Secretaria de Integración Social
Secretaría de la Mujer
Secretaría de Integración Social
Secretaría de Integración Social
Psicóloga del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario
Bloom
Asesora regional en Educación para la Salud y el Bienestar en América Latina y el Caribe
Enfermera especializada en epidemiología
Ginecólogo obstetra